Houston, tenemos un problema

¿Han avistado nuestros vigías oportunamente las señales del peligro? ¿Hacen un análisis apropiado de las mismas? ¿Podremos sentirnos seguros en el futuro, nosotros y nuestros hijos, es decir, adoptan los responsables de los vigías las decisiones correctas tanto en nuestra propia casa como en las casas vecinas?
Pensar que la izquierda (o lo que diablos sea) entretiene su tiempo únicamente en el chiste máximo, en el hambre de Kabul como sonrisa del régimen, es pensar muy poco; literariamente el nivel es alto, muy alto, pero tan sólo se acaba retratando a una parte del cuadro. Pensar que los responsables de los vigías no conocen los análisis y las recomendaciones de éstos es ir demasiado lejos. Otra cosa bien distinta es que la solución al problema no resulte sencilla, o que los responsables de los vigías acaben adoptando decisiones que no se corresponden con las necesidades; pero, tarde o temprano, nos guste o no nos guste, también en esto será necesario el consenso.
Un ejemplo entre muchos: ¿desde cuándo llegan las señales de humo que envían mentes nada perezosas desde el programa de gobierno global de la London School of Economics? Podría citar a Mary Kaldor, incluso a Anthony Giddens. ¿Conoce Tony Blair estos análisis sencillos? Bien, quizá nuestra izquierda, o lo que sea, todavía no los conoce (cosa que también me extraña), pero Tony, tan cerca...
Las nuevas formas organizativas del terrorismo se parecen más a una red, mientras que las de los grupos terroristas clásicos eran jerárquicas y se basaban en células secretas fuertemente entretejidas. Hoy, las organizaciones militantes consisten en asociaciones horizontales dispersas, unidas por una ideología común pero compuestas por una variedad de grupos, células, instituciones religiosas, ONG y organizaciones benéficas, e incluso particulares.
¿Les suena?
Dentro de la red, las diferentes unidades funcionan de manera más bien autónoma, financiadas por una combinación de grupos de apoyo transnacionales y delincuencia organizada. Aprovechan la infraestructura de la globalización: páginas de Internet, cintas de vídeo, sistemas bancarios transnacionales y teléfonos móviles.
Les suena, ¿verdad?
O también, si lo prefieren, cosas como estas:
La globalización -entendiendo por ella la creciente interdependencia de la sociedad mundial- se ve impulsada básicamente por el avance de las comunicaciones electrónicas instantáneas y la circulación de bienes, servicios y personas; aparte de sus aspectos económicos, es un fenómeno político y cultural. El new-style terrorism da cuenta de estas innovaciones en tanto que, a la par, se vale de ellas para sus fines. Las organizaciones del tipo de Al Qaeda y las ONG funcionan de manera mínimamente centralizada. Poseen redes flexibles, poco trabadas, inspiradas por una misión que cohesiona las actividades de grupos y células muy distintos en todo el mundo que tienden a proceder de manera semiautónoma. Ambas clases o tipos de organizaciones emplean modernas tecnologías para coordinar sus esfuerzos y difundir su mensaje. Disponen de sedes propias en casa que, no obstante, pueden cambiar y evolucionar en cualquier momento. Las bases interiores de grupos y organizaciones de new-style terrorism se hallan situadas en estados en crisis o en decadencia, aun cuando pueden recibir ayuda o respaldo secreto de gobiernos que sintonizan con sus objetivos. La capacidad organizativa -que se beneficia de los actuales sistemas de comunicación y la rapidez de movimientos- permite organizarse efectivamente a distancia sin dejar de coordinar en todo momento las acciones terroristas. El advenimiento de Internet implica que quienquiera que disponga de la pericia, los conocimientos y los recursos necesarios se halla en condiciones de fabricar armas de elevado poder destructor.
Etcétera, etcétera.
Las citas de Mary Kaldor y Anthony Giddens no abren demasiadas puertas, pero es bien cierto que tampoco las cierran. Mientras tanto (mientras espero algo, no sé bien qué) podemos pensar con Schopenhauer que es el conocimiento de la muerte, y con él la reflexión en torno al sufrimiento y a la miseria de la vida, lo que da el más fuerte impulso a la reflexión filosófica y a las explicaciones metafísicas del mundo; o bien observar, como Ian McEwan, que el poema de Auden se repite y que la tragedia de Ícaro al caer del cielo va acompañada de la vida que sencillamente se niega a ser interrumpida: un campesino sigue arando, un barco continúa navegando tranquilamente, los perros prosiguen su labor perruna. El jueves en Londres escribe McEwan-, donde las multitudes intentaban encontrar vías libres para atravesar la ciudad toqueteando nerviosamente sus teléfonos móviles, había muchas pruebas sobre la verdad de la revelación de Auden.
La vida sigue, o no sigue, dependiendo de las circunstancias; los vigías, y los responsables de los vigías, continúan atareados en sus trabajos. El Suricato (o bien, si lo prefieren, el Suricata suricata) levanta el cuerpo sobre sus patas posteriores y observa sin perder detalle lo que pasa a su alrededor. De repente, ante la gravedad de lo que se viene encima, no duda en avisar a sus conciudadanos: Houston, -exclama el Suricato- tenemos un problema (1).
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(1) No es cierto que, al cierre de esta edición, tengamos únicamente un problema, dos, doce o doscientos; pero sí es cierto que tenemos, por encima de todo, un par de problemas de los de mear y no echar gota. Lean, sino, La España de Solana (Gutiérrez) y prueben después a escupir unas risas. Luego (si todavía pueden) me cuentan."
6 comentarios
Cayetano -
Con todo, señalar que no veo contradicción entre la vida pasiva y la activa. Cada uno ha de saber dónde refugiarse (y poder hacerlo) cuando se siente débil o herido.
La locura, hoy tambien, "se refleja, manchada de sangre, contra los cristales de un escaparate", otra vez Londres en el noticiario (o Irak o Guadalajara). Tambien, mientras el escaparate acapara nuestra atención, nuestro vecino se ahoga en una vida dura y sin sentido (aquí alguien se lanza por una ventana). Etc. Y si, eso aprendo de la gata, activa o quieta según su propia necesidad (en nuestro caso necesidad interior). Voy acabando. Aunque no lo parezca no estoy demasiado aislado y a pesar de todo, lo confieso, de tarde en tarde saco uñas y me arrejunto con otros para arañarle a la vida múltiples razones para creer que morirse es una verdadera putada.
Enrique -
Cayetano -
http://cayetano.boj.org/portal/modules.php?name=News&file=print&sid=77
Cayetano -
Podría contribuir, más si cabe, a informar sobre los acontecimientos que se nos avecinan, incluso vaticinar catástrofes sin riesgo a equivocarme. Ya he contado cosas tremebundas en tonos oscuros al estilo Aniceto asesino de poetas.
Puede parecer tremendo, pero pienso que nunca se resolverá la violencia, ni las formas primitivas (disfrazadas de leyes) para protegerse. Mi percepción es quizá inadecuada y aparentemente infame. No hay solución global o social, tal vez exista una forma de estar en el mundo para cada uno de nosotros, como ese diente de león siendo lo que es a pesar de todo.
Tal vez el mirar el mundo con ojos estéticos me siva solo a mi (y a otros pocos) para no "responder" con más violencia o apoyar medidas que nos llevan, inevitablemente, a un mundo más infernal si cabe. Faltan dos telediarios para que se haga evidente que esta sociedad (aparentemente amenazada) requiere individuos más obedientes y confiados, menos responsables de su propia vida (ya nos dirá otro cual es el modo correcto de vivir y las consecuencias si seguimos el camino equivocado).
Enrique, solo estoy preparando el refugio para protegerme ante lo que hay, ante lo que se avecina. Lo siento, pero ya no creo en comunidades, me temo que las comunidades (en unos y otros lugares) no tienen intención (ni antes ni después) en que haya locos sueltos fuera de las manadas.
Aunque si he de ser sincero, aquí al lado, sesteando hay una gata a la que estoy considerando como maestra. Y quien tenga gatos sabrá a lo que me refiero. :)
Enrique -
Cayetano -
Allí estaba aquella planta entre el ruido de los automóviles, las conversaciones y prisas de los transeuntes, delante del escaparate ... ajena a todo intentando ser lo que realmente es: diente de león. No pude menos de sentir una profunda admiración por su elegante indiferencia. A pesar de todo y de todos.